El impuesto predial es la primera fuente de financiamiento del Gobierno de la CDMX, ya que en promedio los valores de los inmuebles que se ubican en la capital son de los más altos de la República Mexicana, provocando que se realicen diversas auditorías para revisar el pago del impuesto predial, además de las nuevas construcciones que se han generado.
Con el objeto de determinar adeudos, la autoridad de la CDMX, al iniciar la visita, solicita diversos documentos que se tratan en avalúos, licencias de construcción, planos, avisos de terminación de obra, etc., de los que usualmente el contribuyente no cuenta con ellos.
Ante dicha falta de información, la autoridad procede a determinar de forma presuntiva los valores del suelo y de la construcción, utilizando un levantamiento topográfico determinado por la misma autoridad, en donde se establecen los usos del inmueble, la clase, tipo y antigüedad del inmueble.